Si los seres humanos utilizáramos con mayor
frecuencia en nuestro vocabulario las palabras perdón, disculpa, y tuviéramos
siempre presente la necesidad del dialogo como elemento indispensable para
relacionarnos con el prójimo, lograríamos alcanzar la convivencia pacifica, aún
respetando las distintas manifestaciones culturales, las creencias y el libre
albedrío de los hombres.
"Ama aunque desesperes, pero ama al fin; la vida
es demasiado corta para quedarnos lamentando lo que pudo ser”